Educación





Curso: Batik con Añil, Reserva de cera para iluminación.
por Carolyn Kallenborn, Museo Textil de Oaxaca, México.

El batik es una técnica de teñido por reserva, es utilizado para pintar tejidos y consiste en aplicar capas de cera sobre las regiones que se desean preservar fijándose los tintes en las zonas no cubiertas de cera; este proceso se repite sucesiva mente con diferentes colores hasta obtener el diseño deseado, logrando así tanto pequeños trabajos artesanales, como grandes murales decorativos con mucho valor artístico.
Tradicionalmente el batik es utilizado en indonesia principal mente en la isla de Java.  

Para teñir los lienzos utilizamos añil, colorante azul obtenido de la familia de las indigoferas que es extraído de la planta conocida como jiquilite y era utilizado por los habitantes de mesoamérica desde épocas muy tempranas para teñir las vestimentas sacerdotales y de los señores nobles.



 
Con Carolyn Kallenborn durante el Taller de Batik, en el Museo de Arte Textil.


Es te curso fué muy interesante y conocí personas magnificas;  al final del curso , festejamos el cumpleaños de Carolyn, con pastel, velitas y mañanitas a la usanza mexicana!








Curso: Teñido con Grana Cochinilla, Pericón y Granada.
por Juan Carlos Contreras, Museo Textil de Oaxaca, México. 
En este curso aprendí a teñir lana por medio de tintes naturales en este caso utilizamos , pericón, grana cochinilla y la cáscara de la granada. 
Mi maestro fué Juan Carlos Contreras un artista textil de Teotitlan de Valle, Oaxaca, lugar con gran tradición y cultura textil desde tiempos prehispánicos.  
 
El pericón también llamada hierba de San Juan es una plantita que se da muy bien en la zona de Oaxaca, es una plantita de florecita amarilla que también es utilizada en infusión para la depresión, y la grana cochinilla es un insecto que se alimenta de la planta del nopal, es como una plaga del nopal, de color blanquito, y por dentro es roja como la sangre.
El primer paso fué lavar la lana con detergente para quitarle cualquier rastro de grasa que pudiera tener.
El siguiente paso fue ponerla a hervir para mordentarla, en este caso utilizamos alumbre que es un mineral que se encuentra en la naturaleza. 
Los mordientes se usan para preparar la lana para absorber los tintes de una mejor manera y hace que los colores se fijen mejor.  El alumbre se utilizo al 18% correspondiente al peso de la lana.

La grana cochinilla ya disecada se puso a hervir por medio de una hora con agua corriente para después de este tiempo sumergir nuestra lana ya mordentada en baño de grana cochinilla.

Del cuerpo disecado de la cochinilla hembra se obtiene el ácido cármico, colorante rojo.

 
En el México antiguo la grana cochinilla era sumamente cotizada por los pobladores y se utilizaba para teñir objetos diversos como: alimentos, plumas, madera, textiles, algodón, piedras, tintas para códices, trajes, decoración de casas y edificios. Al mismo tiempo este producto se utilizó como un tributo impuesto a los pueblos conquistados.

Los aztecas llamaban a la grana cochinilla nocheztli,  palabra en nahuatl que podría traducirse como “sangre de tunas”
La tuna es el fruto del nopal;una cactácea muy importante en México que incluso se encuentra en el escudo nacional.
El primer color que obtuvimos fué un rojo oscuro como el color de la sangre. Después hicimos unos fucsias con la combinación de la cochinilla y jugo de limón.
El pericón se utilizo al 30 % correspondiente al peso de la lana que iba a ser teñida, se hizo una infusión y se dejo hervir por medio de una hora, después sumergimos nuestra lana ya mordentada y la dejamos alrededor de una hora para que absorviera el tinte de la planta.
De la combinación de la grana y el pericón obtuvimos unos naranjas hermosos.
Por ultimo los tonos cafés  los sacamos de la fermentación  de las cáscaras de las granadas, esto lo hicimos hirviendo las cáscaras por 30 minutos  y después dejamos reposar de 3 a 5 días, después de pasados los días de reposo, teñiremos , esta mezcla se hierve por una hora y después se cuela , con la mezcla hirviendo ya podemos introducir nuestras madejas para teñirlas y obtendremos tonalidades cafés.






Curso: Fundición antigua de metales con Soplete de Boca.
por el Mtro. Jesus García Zavala, Pátzcuaro, Michoacán, México.

En Pátzcuaro Michoacán, tuve la dicha de conocer al Mtro. Jesus , quien trabaja de manera totalmente artesanal, la plata.
Me siento privilegiada y bendecida de haber sido su alumna , con toda humildad le agradezco por enseñarme la fundición antigua con soplete de boca.

Texto: Jaime Stransky
Fuente: www.mexicodesconocido.com.mx

El maestro Jesús García Zavala aprendió el oficio de orfebre en Pátzcuaro, su tierra natal. No lo heredó directamente de su padre, como aún se acostumbra entre los artesanos de Michoacán, sin embargo lleva 36 años en el oficio y su primer contacto con la platería fue en el seno familiar.

A los siete años descubrió en casa de su abuela un arcón de madera lleno de arracadas, anillos y collares de plata; había trabajos recién empezados, otros inconclusos, una báscula de pesitas, una caja llena de cuentas de coral, cerámica, colorines y mucha herramienta.

Recuerda que lo que más le gustaba eran las arracadas de plata y azabache. Todo esto pertenecía al hermano de su abuela, Seferino Vallejo, que había sido orfebre de oficio y al parecer uno de los mejores de su tiempo. Así nació su cariño por la platería. Años más tarde, ya adolescente, tuvo la oportunidad de frecuentar con una de sus tías el taller de don Jesús Pérez, quien -según él- es el orfebre más importante que ha existido en Pátzcuaro.

El maestro Pérez era un artista completo; él mismo diseñaba, forjaba, grababa y burilaba; era un excelente platero que le enseñó la técnica del oficio.

Su abuela, muy contenta por su interés por la platería, le regaló aquel arcón maravilloso, que aún conserva, y que le estimuló a convertir en realidad su mayor anhelo: ser orfebre.

Maestro de Oficio
Presume ser autodidacta. El oficio lo aprendió con sus propias manos y recursos. Nunca fue aprendiz de nadie y desde el principio trabajó en su propio taller. Cierto es que, los fundamentos y secretos del oficio se los debe a don Jesús Pérez y también, en gran parte, al maestro Cásares, célebre platero patzcuarense de los años cincuenta.

Con el maestro Cásares lo interesante, además de nutrirse de sus conocimientos, fue tener la oportunidad de compartir con él su pasión por la orfebrería purépecha y el compromiso de conservar la tradición.

Tradición Propia de Pátzcuaro
En Pátzcuaro la plata se ha trabajado desde antes de la llegada de los españoles. Prueba de ello fueron las joyas que los conquistadores quitaron al último Caltzonzin; se trataba, según los cronistas, de coronas, cascabeles, anillos, collares, y diversas joyas ornamentales fabricadas tanto en plata como en oro. Tan rápido corrió la voz y la fama de la orfebrería purépecha, que -se dice- Hernán Cortés mandó fabricar a los orfebres de Pátzcuaro una serie de pequeñas máscaras en oro macizo, que envió a España como regalo al emperador Carlos V.

Orfebrería Tradicional Purépecha
La platería purépecha se hace como las más antiguas orfebrerías del mundo, a base de la forja. Esta técnica permite que las piezas tengan un mayor detalle en el grabado, como puede apreciarse en las escamas de truchas y pescaditos blancos que se usan en los aretes y collares tarascos.

Actualmente, una diferencia básica entre la platería purépecha y la de Taxco es que ésta última se ha industrializado, mientras que la platería tradicional de Pátzcuaro se sigue fabricando cien por ciento a mano y utilizando los mismos materiales e instrumentos desde hace por lo menos dos siglos.

Esto, además de preservar nuestra técnica tradicional, tiene la garantía y, para algunos la limitante de que no se pueden trabajar otros metales que no sean la plata y el oro, como sucede con muchas de la orfebrería de Taxco que se fabrica en alpaca.

Los artesanos purépechas utilizan la plata de 925 g, aunque, durante los siglos xviii y xix, emplearon la de 800 gramos. Don Jesús trabaja la de 925 g, pero también ha utilizado la de 800 g; la primera es más dócil y permite un terminado más blanco. Además, la plata de 925 g obliga, por su tipo de maleabilidad, a fabricar piezas más gruesas y por tanto más sólidas.

El rito de la plata
Para realizar cualquier pieza, primero se funde la plata que se adquiere en polvo o en pequeños terrones. También se puede agregar pedacería, siempre y cuando los pedazos sean puros y no muy grandes. Antes de fundirla hay que limpiar concienzudamente el polvo y demás impurezas. Ya limpia se deposita sobre un pedazo de carbón vegetal y se procede a derretirla.

Sólo se requiere de un soplete de alcohol o petróleo, una buena boquilla y, por supuesto, mucho pulmón, porque si uno no alcanza la temperatura adecuada, la plata se revienta, se fractura.

Al solidificarse, la plata fundida se convierte en un riel que, mediante un máquina sencillísima de rodillos, se lamina una y otra vez hasta conseguir el espesor deseado. Si se necesita hacer alambre o hilo, el riel se adelgaza hasta obtener el calibre esperado. Esto se hace con un burro de tensión de fabricación casera, que consiste en un banco de trabajo y cuerdas (mecate) de diferentes grosores.

El hilo de plata se utiliza para unir las piezas, para hacer los broches de aretes y collares y, en ocasiones, como hilo para engarzar. Una vez laminada la plata viene la forja o fragua, y ya obtenida la forma deseada se procede a soldar y luego a burilar o grabar. Posteriormente vendrán los procesos de acabado: bruñir y pulir.

Decoración de Joyas
Don Jesús prefiere la porcelana por ser el material más fácil de conseguir actualmente, y el que más se asemeja al coral, que equivocadamente, se considera el elemento ornamental tradicional de la joyería purépecha, ya que antiguamente se empleaban como elementos ornamentales la semilla de colorín y el azabache.

El coral no pertenece a la geografía de los tarascos, fue traído de Filipinas y de Japón a Michoacán por las Nao de China, cuando la Real Aduana de la Nueva España estaba precisamente en Pátzcuaro.

Historia y tradición
Lo más interesante de la orfebrería tradicional purépecha es su carácter ceremonial y festivo. Por ejemplo, la mayoría de los poblados de la ribera del lago y aledaños a Pátzcuaro tienen sus modelos particulares de joyas, especialmente las arracadas; son dignas de mención las de Patambán, Uricho, Uranden e Ihuatzio, entre otras.

Los purépechas todavía acostumbran simbolizar el compromiso de la novia con las arracadas propias del poblado del novio. Existen también collares de compromiso y de boda, como el llamado purépecha, que don Jesús fabrica en cinco modelos diferentes; los hay con monedas, bolas, cruces, colorines, etcétera. En cuanto a la hechura de anillos y sortijas, el más apreciado es el tumbigón, que en purépecha significa anillo de novios.

Este artesano considera que en su trabajo, tanto el diseño como el conocimiento y manejo de los materiales tradicionales se han enriquecido.

Aunque ha realizado algunas réplicas de piezas muy antiguas, el estudio y conocimiento de piezas originales de siglos atrás le ha permitido, sobre todo, crear sus propios modelos sin apartarse de las características tradicionales, desarrollando una platería de manufactura más fina que la tradicional de Pátzcuaro.

Su trabajo es conocido en muchos países de Europa, Estados Unidos y recientemente Japón.

Además, con frecuencia recibe invitaciones para exponer su obra en museos y galerías de todo el mundo. Y no es que se niegue pero es un artesano y como tal vive del trabajo que diariamente realiza. Todo lo que fabrica lo vende muy rápido y mucha de su producción es por encargo. Para exponer en una galería el maestro necesitaría no menos de 50 piezas, lo que equivale a casi tres meses de trabajo.

Herencia de vocación
Su hijo Juan Manuel -el mayor-, desde muy pequeño se interesó por la orfebrería; durante los años de su educación primaria y secundaria iba al taller de su padre todas las tardes a ayudarlo. Su formación como platero es bastante sólida, especialmente en platería ceremonial. Para don Jesús es muy importante que uno de sus hijos -de ocho- continúe el oficio, al cual él ha dedicado casi 40 años de su vida. Al respecto don Jesús nos dice:

"Cuando me vaya, estoy seguro que Juan Manuel no sólo continuará, sino superará la labor de su padre. ¿Qué mayor satisfacción puedo tener de mi arte? ¿Qué más puedo pedirle a la vida?".







Curso:  Telar de Cintura, tradición Mixteca.
por el Mtro. Eric Chávez, Museo Textil  de Oaxaca, México.
Una tela se teje cruzando dos grupos de hilos denominados urdimbre y trama respectivamente. La urdimbre es la parte larga del tejido y se forma con hilos paralelos que son cruzados con los hilos de la trama en ángulo recto. El telar es el instrumento que permite tensar los hilos de la urdimbre para atravesar los de la trama. Para colocar la urdimbre se requiere de un urdidor, que se puede acondicionar con dos estacas clavadas al piso en las que se arregla la urdimbre poniendo los hilos en forma de ochos con el fin de separar las hebras pares de las impares. El largo del lienzo está determinado por la distancia entre los palos y el ancho depende del número de hilos que le dan vuelta a las estacas. La preparación de la urdimbre está en función del tipo de tejido, por eso al prepararlo la tejedora debe tener en mente el tipo de lienzo que va a tejer, la determinación de sus dibujos o cualquier adorno de color contrastante, brocado o recurso que aplicará durante el tejido. 
Una vez preparada la urdimbre, se asegura el cruce con un lazo, luego los hilos son generalmente sumergidos en agua de masa para endurecerlos y finalmente se pasan al telar.  

Imagen del Codice Florentino. 

El Telar de Cintura
Es un instrumento fundamental para el desarrollo de los textiles indígenas de México desde la época prehispánica. Consiste en dos tiras horizontales y paralelas sujetadas por correas, llamadas enjulios, que se colocan en los extremos de la urdimbre. El enjulio superior se fija a un elemento vertical, sea una estaca clavada al piso, un poste o un árbol, en tanto que el enjulio inferior se coloca mediante otra correa alrededor de la cintura de la tejedora, lo que le permite tensar firmemente el telar con un movimiento de su propio cuerpo sin necesidad de un marco adicional. 
Para la organización de la urdimbre, los hilos se separan en dos grupos a diferentes alturas, los pares y los impares, mismos que se mantienen separados por un carrizo o “varilla de paso”. El lizo es otra varilla auxiliar, a la cual se atan todos los hilos, pares o nones de la urdimbre, por medio de un cordel auxiliar, manteniendo cada grupo de hilos separado. Al accionar alternadamente la varilla de paso y el lizo, se entrecruzan los hilos de la urdimbre y se abre un espacio –la calada- entre los dos grupos. Por la calada se pasan transversalmente a la urdimbre, los hilos de la trama, generalmente enrollados en un palito. Luego interviene el machete o espada, una tabla plana, bien pulida y pesada que sirve para apretar la trama y para abrir la calada. Después de pasar la trama por la apertura lograda en el lizo, se inserta el machete del lado de la varilla de paso y se pone de canto para abrir otra vez y pasar la trama por esta nueva calada. Y así consecutivamente. Finalmente un templador colocado bajo la tela, cercano al hilo de trama que se está pasando, o lo que es lo mismo cercano a la orilla de la tela que se está enrollando, permite mantener un ancho constante en el tejido.
El telar de cintura tiene ventajas y desventajas. Entre las primeras se considera su versatilidad, ya que con él se pueden tejer las prendas más diversas de cuantas componen la indumentaria de los diferentes grupos étnicos en México: huipiles, fajillas, enredos, los rebozos que tienen la urdimbre teñida, los quechquémitl, etc.; por otro lado sus “palitos”, o sea el conjunto de varas mencionadas anteriormente, se constituye como una prolongación de los brazos de la tejedora, lo que le permite improvisar y ejecutar técnicas manuales difíciles de realizar en otros tipos de telar. 
Hay ciertas técnicas que sólo se pueden hacer en el telar de cintura, como los lienzos de cuatro orillas terminadas. Esto se logra fijando mediante un cordel, los extremos de la urdimbre con el enjulio superior, iniciando la trama justamente en la orilla de la tela. Se teje una corta franja y luego se voltea el telar empezando por el otro lado de la misma manera. Al unirse los dos tejidos ya no es posible meter el machete para apretar el tejido, por lo que la tejedora se vale de peines o agujas para cerrarlo con la misma tensión.