La localidad de Santiago Coachochitlán Barrio del Rincón de origen
Mazahua prehispánico, está situada en el Municipio de Temascalcingo, a hora y
media de la ciudad de México.
Aquí en Coachochitlán (como todos sus habitantes le
nombran) se trabaja la alfarería desde épocas antiguas, mucho antes de la
llegada de los españoles.
En un viaje que hice por parte del IIME (Instituto de
Investigaciones Mesoamericanas) para el cual trabajo, se realizó un proyecto
documental acerca de cómo trabajan la alfarería, en especial como se fabrican
los crisoles y copelas, que son los recipientes que se usan en la industria de
la metalurgia, minería y joyería para la fundición de los metales.
De esta manera tuve la oportunidad de investigar, ver y
participar en el proceso de elaboración de crisoles en esta comunidad indígena
Mazahua; en los días que estuve trabajando a lado de una familia de Alfareros
con una tradición de más de cuatro generaciones me percate de la maestría que
poseen en su oficio y esto se lo deben a que sus conocimientos los han ido
heredando de generación en generación y trasmitiéndolo a sus hijos y nietos.
Todo esto para documentar la forma en cómo se elaboran los crisoles para fundición en esta comunidad.
Como partícipe del IIME nos entrevistamos con el Maestro
Ignacio Durán el cual tiene una tradición familiar en este oficio de más de
tres siglos.
Don Ignacio nos comento que la materia prima para elaborar
estos recipientes es muy importante debido a que deben soportar temperaturas
mayores a los 1009 grados centígrados, los crisoles están compuestos básicamente de dos tipos de barros , uno de café
claro y otro rojizo los cuales traen de unas minas cercanas a la población.
De esta manea una vez conseguidas estas tierras (barros) se
procede a molerlos para tratar de obtener lo más posible un polvo fino, Don
Ignacio comenta que cuando él era niño su padre le enseño a utilizar un tablón
de madera para golpear el barro recién traído y convertirlo en polvo, sin
embargo ahora de adulto se ha dado cuenta que sus fuerzas no son como las de
antaño y prefiere usar las llantas de su camioneta para esta proceso.
A continuación una vez triturado el barro se tamiza, utilizando
una malla de mosquitero para separar los fragmentos grandes de las partículas
finas. Esto lo hace con los dos tipos de barros que integran la composición del
crisol.
Posteriormente va a mezclar seis paladas de la tierra café
con cuatro paladas de la tierra roja para después agregarles poco a poco el
agua y comenzar a amasar dicha mezcla.
En este proceso pudimos observar como Luis en nieto de don Ignacio
de seis años de edad, ayudaba a hacer la mezcla, ya que le gustaba jugar con
sus manitas en el lodo fresco.
La mezcla con el agua y los barros no es nada sencilla ya
que se requiere de mucha fuerza en los brazos para poder lograr una integración
completa de ambos ingredientes. Después de dos horas del proceso de amasado se
deja reposar el barro por veinticuatro horas antes de ser utilizada.
Durante este proyecto de investigación tuve la fortuna de
estar durante la fiesta religiosa de semana santa y presenciar la procesión del
silencio que hacen los integrantes de la comunidad cuando cargan pesadas cruces
de madera para emular la crucifixión de Cristo.
Al día siguiente pude documentar a Don Ignacio durante todo
el proceso de modelado de distintos estilos de crisoles y copelas que se
utilizan para fundir metales preciosos en la industria de la minería y joyería.
Don Ignacio es una persona jovial y muy amable, cuando le
preguntaba sobre algunos procesos técnicos de elaboración de los crisoles me
sorprendió cuando en vez de darme la respuesta de manera directa me invito a
sentarme en la silla de su taller y enseñarme con mucha paciencia el arte
milenario de fabricación de crisoles.
Es por ello que este articulo y fotografías se las quiero
dedicar a el y a su familia como mi humilde agradecimiento a su enseñanza y a
la cordialidad con que nos recibieron en
su casa y compartieron con nosotros sus alimentos.
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