El día de hoy, domingo, me levante a las seis de la mañana,
para ir a Chichicastenango que me habían
comentado este lugar tiene un mercado muy grande y uno de los más
importantes y antiguos que tiene
Guatemala; y que es el lugar dónde se encontró el Popol Vuh, libro religioso
maya que narra el origen de la humanidad, la mayor parte de población es indígena
de la etnia Quiché.
En media hora pasó el chicken bus (así le llaman los
habitantes al transporte urbano) , después de hora y media, de muchos ganchos
pronunciados (curvas), de varios túmulos (topes), de infinidad de subidas y bajadas de personas
que llevaban su mercancía o niños envueltos con reboso trepados a la espalda de su madre y de unos paisajes hermosos, llegué al Mercado de Chichicastenango.
Los mercados en mis viajes son una parada obligatoria, es
para mí la forma de conocer la cultura, la comida, el sabor humano de los
lugares que voy conociendo, ¡adoro los mercados!
Aprecio su colorido, su bulla, sus
sonidos, sus sabores; y en este tianguis
de Chichicastenango como en el de Marrakech y Tlacolula, en Oaxaca, México son
en los que he visto más colores que ninguno, este mercado de Chichicastenango está
lleno de la vida de los habitantes de Guatemala.
Mucha alegría descubrí al adentrarme por una callejuela al corazón del mercado , donde se encuentra un templo en honor a Santo Tomas, en este día le estaban haciendo una misa los agricultores de la región para pedir por sus semillas, manzanas y flores que es lo que siembran en esta zona, observe que los hombres son los que celebraban el ritual, bailaban, rezaban y festejaban al santo, para pedirle por su siembra, después en hombros sacaron a su santo para llevarlo a la siguiente iglesia , hubo cuetes y marimba , la música de la marimba y la gente estaban tan alegres que verles , me invitaba a bailar también, pero no lo hice , así que solo silbe y moví los hombros a ritmo de la marimba Quiché!
Alrededor del templo hay escalinatas, en las cuales cada
escalón representa cada uno de los veinte días del mes del calendario maya; cerca
de su base se encuentra un área para encender un fuego diariamente también
tradicional, también se practican frecuentemente rituales y oraciones con
incensarios. Todo esto es curiosamente una muestra del arraigo de las
tradiciones, pues a pesar de haberse construido el templo católico, realmente
los locales siguieron practicando sus tradiciones culturales y religiosas de la
puerta hacia afuera.
En los puestos abundan textiles llenos de color, desde los típicos atuendos indígenas, telares para diferentes
usos, bolsas, huipiles, faldones, fajas, etc.
, que son elaborados en diferentes comunidades del país, mujeres
vendiendo flores a faldas del templo sobre las escalinatas. También abundan antigüedades, entre ellas objetos de madera ,
mascaras, hondas, resorteras con figuras antropomorfas muy delicadas y joyería,
sobre todo collares de cuentas de jade y
chachales.
Chachal es un término de origen indígena, de la lengua
quiché, y se menciona al sonido que los collares hacen cuando las mujeres
caminan o se mueven, también demostraban el rango social de quien los llevaba.
Los chachales pueden tener formas y tamaños diversos, largos o
cortos, o con uno o varios hilos. Los de mejor calidad eran los utilizados para
las ceremonias solemnes como procesiones, festividades de las Cofradías,
nacimientos, matrimonios, etc.
Los
buenos chachales iban pasando de generación en generación y sus dueños añadían
cuentas y objetos de azabache, siendo curioso la gran similitud con collares
leoneses (las collaradas), de la zona de La Maragatería o del Páramo, siendo
difícil a simple vista distinguir un chachal guatemalteco de un collar leonés.
Actualmente
en los chachales se ha sustituido el azabache por otro tipo de material negro
de inferior calidad.
Miré mi reloj y se acercaba la hora de regresar ya que me
habían comentado el ultimo camión con dirección a Panajachel salía a las dos de
la tarde, llegó, pero iba repleto, así
que decidí trasbordar y conocer los
pueblos intermedios, esto fue en tres camiones! , el primer lugar fue Los
encuentros que es un crucero, una
comunidad comercial; el siguiente era la cabecera municipal llamada Sololá,
aquí también había sido día de tianguis, camine un rato por la plaza y descanse
un rato en una banca del jardín central, mientras llegaba el tercer camión que
me llevaría de regreso a Panajachel.
De regreso pienso en
todo lo bueno que me ha pasado el día de hoy, en todo lo nuevo que han visto
mis ojos, en todo lo nuevo que han oído mis oídos, en todo lo nuevo que he
saboreado… todo lo que he aprendido… - al fondo, logro escuchar la música que
trae el conductor del camión, una canción de José Luis Perales que recuerdo que
en los 80s escuchaba alguna vez mi madre...yo niña…
…yo te diré, temblando la voz
el tiempo va deprisa y ese día que soñamos vendrá,
apaga la luz, la noche esta marchándose
ya!!!
… ¿que pasara mañana cuando te hallas
ido?...
… me doy cuenta que la estoy cantando y sonrío! …volteo
sobre mi hombro derecho y ahí está de
nuevo…el lago Atitlán, San Pedro y Tolimán… los
volcanes, sus guardianes… me están esperando!
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